A veces no necesitamos otra cosa sino silencio y ausencia. Silencio para escuchar nuestra propia voz, ausencia para mirarnos desde fuera.
Hay sentimientos que no pueden quedarse prisioneros y deben escapar en un grito. Hay sentimientos que no se irán de nuestras vidas hasta hacerse presentes.
Te regalo mi silencio para que lo desgarres con un grito. Pongo a tus pies mi ausencia siempre presente, para que a tus pasos los acompañe mi soledad.
por: Miguel Quintero
Twitter: Owiruame
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